Además, en la Real Acequia del Jarama trabajaban un guarda y un peón encargado de su mantenimiento, mientras que la lista de artesanos era exhaustiva: tres tejedores de lienzos, un sastre, un campanero, un tallista, un maestro zapatero, un herrador, dos curtidores, un carpintero, dos carreteros, un estambrero que trabaja la lana, un maestro botero, un guarnicionero, un herrero, y numerosos oficiales o aprendices de estos menesteres. Para finalizar, el Catastro especifica que, entre la población, hay 25 personas calificadas como “pobres mendigos”.

Si comparamos estos datos con los suministrados por el Censo de Floridablanca de 1787, observaremos algunas diferencias: ha aumentado de forma importante el número de jornaleros y criados a costa del de labradores -sólo 56-, y aparecen nuevas profesiones: cuatro abogados, un dependiente de la Inquisición, un síndico de órdenes religiosas y 22 empleados con sueldo del Rey dedicados a oficios variados (el Censo de Aranda de 1768-69 recoge 17, de los cuales 9 -guardas, maestros y un fiel de la Real Hacienda- constituían el vecindario de las Salinas de Espartinas), para una población total de 1.824 habitantes.

 

 

En lo relativo a la organización administrativa, el título de conde de Chinchón permaneció en el linaje original hasta que en 1683 pasó a D. Julio Savelli Fernández-Cabrera, príncipe de Albano y fallecido sin sucesión. Tras un largo pleito lo obtiene el pretendiente italiano duque de Sforza, quién lo vende en 1738 al infante D. Felipe de Borbón y Farnesio, hijo de Felipe V; éste, años más tarde, en 1761, lo cede a su hermano menor, D Luis Antonio Jaime de Borbón. Por tanto, Ciempozuelos continúa siendo una villa de señorío, que, aunque territorialmente estaba incluida en la provincia o intendencia de Segovia, en lo religioso dependía del Arzobispado de Toledo, perteneciendo a la Vicaría General de la misma ciudad y al Arciprestazgo de Madrid. Dos de las instituciones más relevantes del pueblo eran el convento de religiosos de San Francisco, en la Avenida de la V. M. Antonia María de la Misericordia nº 20 -actual sede de la Hermanas Oblatas-, ocupado, según el Censo de Floridablanca, por trece profesores, tres legos y un donado, y el convento de monjas de Santa Clara, en la Calle de Jerónimo del Moral nº 21, que acogía a diecinueve religiosas y, como dato anecdótico, poseía uno de los cuatro mesones de Ciempozuelos. Además, la parroquia de Santa María Magdalena tenía como anejo la iglesia de San Juan Bautista en las Salinas de Espartinas, existiendo otra ermita en las afueras de la villa -hoy ya integrada en el casco urbano- consagrada a Nuestra Señora del Consuelo.

A pesar de permanecer bajo la jurisdicción del Estado de Chichón, la localidad tuvo desde el pasado corregidor propio y el gobierno municipal, formado por alcalde, regidores, escribano, etc., era nombrado por el señor entre las propuestas que le hacía previamente el vecindario. Entre los bienes que pertenecían al Concejo podemos citar tierras de cultivo, superficies de los sotos del Parral, de la Peña de San Juan y alrededores (la corta de leña, la caza y el arrendamiento para la pesca de determinados enclaves del río Jarama proporcionaban importantes beneficios a las arcas municipales), la Casa del Ayuntamiento, la carnicería dónde se ubicaba también el pósito, la abacería, la taberna y la pastelería. Otro edificio significativo de Ciempozuelos era el Hospital de Nuestra Señora de la Concepción, llamado popularmente “el Hospitalillo”, situado en el solar actualmente ocupado por el Centro Cívico-Cultural, en la calle de la Virgen 9 c/v calle Peñuelas, y que, además de prestar una mínima asistencia sanitaria (estaba al cuidado de un presbítero y un sirviente, pero sólo había cuatro enfermos internados en él según datos del Censo de Floridablanca), tenía una Cátedra de Gramática Aneja.

 

 

 

 

 

Entre los acontecimientos más reseñables en este siglo XVIII podemos destacar la Guerra de Sucesión, en cuyo transcurso Ciempozuelos, como otras localidades, sufrió los desmanes de las tropas del archiduque Carlos de Austria, que profanaron la ermita de San Juan Bautista en Espartinas. El propio Felipe V se hospedó en 1706, durante el conflicto, en la llamada Casa de la Cadena, situada en la calle de los Frailes (donde, por otra parte, existieron construcciones importantes como las casas de la Indiana o la del Príncipe Pío); el edificio, ya desaparecido, tenía en su fachada principal el escudo real, tallado en granito, con las armas nacionales y la flor de lis, así como dos gruesos pilares de piedra a ambos lados de la puerta. Años más tarde, en 1710, será el archiduque de Austria -futuro rey Carlos III- quién establezca su campamento en Ciempozuelos, donde dicta un decreto con fecha 11 de noviembre. Por último, el 14 de julio de 1717, festividad de San Buenaventura, nace en nuestra localidad y es bautizado en la iglesia parroquial el célebre arquitecto Ventura Rodríguez, que con el paso del tiempo llegaría a ser director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.